La sociedad saltense vive un momento de esperanza, un momento histórico, porque por fin podemos sentar las bases de un escenario político compartido que busque la cohesión de la ciudadanía local.

Las fuerzas políticas que suscribimos el presente acuerdo tenemos que estar a la altura de las circunstancias para poner fin a un período de nuestra historia reciente caracterizado por el enfrentamiento y las divisiones; la incapacidad para consensuar las diferencias y canalizar las soluciones mediante el diálogo fecundo, tomando como norte, para ello, el más absoluto respeto por las instituciones de la república.

En este sentido, respetando las tradiciones políticas de las fuerzas que firmamos este acuerdo, hemos hecho un esfuerzo sincero para avanzar en el diálogo y el consenso para toda la ciudadanía de Salto.

Un acuerdo incluyente, para asentar la convivencia democrática y dotarnos de un nuevo espacio político ampliamente compartido que nos garantice un escenario de estabilidad y debate en el que todos los proyectos democráticos puedan ser defendidos y, en su caso materializados. Todo ello desde el principio del respeto a la voluntad democrática de la sociedad, a la pluralidad de ideas, a los principios democráticos y las normas vigentes.

Este acuerdo que necesita, evidentemente, ser compartido, desarrollado y enriquecido con los aportes de todos los sectores sociales, para ser definitivamente puesto “ad referendum” de la ciudadanía local en las próximas elecciones de junio.

El diálogo que nos comprometimos a impulsar parte de la premisa de que todos asumimos los principios democráticos, el respeto y compromiso con los derechos humanos y con las reglas de juego democráticas para hacer política.

Nos une la fortaleza, la voluntad, la experiencia, la juventud, un futuro promisorio y por sobre todas las cosas la convicción de que podemos ser artífices junto a nuestro pueblo de la ardua pero digna tarea de construir UN PAÍS MEJOR.